LEED, una guía para la sustentabilidad en el mundo post-Covid
En este tiempo globalizado, de grandes transformaciones y enormes desafíos, a los problemas ambientales que debemos afrontar para preservar el planeta y sus ecosistemas –el calentamiento global, la escasez de agua potable, la demanda energética, el manejo de los residuos, la contaminación del aire y los mares, etc.–, hoy debemos sumar la reciente pandemia de COVID-19.
Y a medida que el mundo intenta recuperarse de esta emergencia sanitaria mundial sin precedentes, tanto las empresas como los trabajadores se plantean cuál es la mejor forma de afrontar la difícil tarea que plantea la reapertura de las actividades de manera responsable, segura y sustentable. La salud y el bienestar son fundamentales para la sostenibilidad y apostar por ellos representa la forma más rápida de reconstruir una economía saludable.
Edificios verdes para una nueva realidad
A pesar de que cada vez existe más conciencia de la enorme influencia que el entorno construido tiene sobre el medio ambiente, las prácticas convencionales de diseño y construcción no parecen haber cambiado en manera significativa. Según surge de algunos relevamientos, los edificios generan el 50 por ciento de los residuos sólidos, el 25 por ciento de los gases de efecto invernadero, el 35 por ciento de la polución térmica, y demandan cerca del 45 por ciento de la materia prima y la energía disponibles en todo el mundo. Y como además, su ciclo de vida es más largo que el de casi cualquier otro activo, se comprende que tengan un enorme impacto sobre el ambiente. Es por esto que la edificación ‘verde’ ha ganado adeptos a un ritmo acelerado.
Dentro de esta coyuntura, los certificados de sustentabilidad vienen proliferando ya desde los años 90. Es por esto que, desde hace varias décadas, en los países desarrollados se han puesto en marcha distintas herramientas de aplicación voluntaria para evaluar y certificar la calidad medioambiental de los edificios: LEED en los Estados Unidos, BREEAM en el Reino Unido, CASBEE en Japón, etc.
Sin embargo, el sistema de certificación que ha obtenido mayor consenso internacional es LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). El estándar está orientado a la evaluación y calificación del desempeño ambiental y energético para diseñar, construir y operar edificios y espacios sostenibles que no solo reducen el impacto ambiental sino que también mejoran la salud de las personas y apoyan el desarrollo económico.
La certificación LEED permite evaluar criterios tales como la integración de energías renovables, el uso racional de los recursos naturales, el impacto ambiental de la construcción, etc., de tal forma que se garanticen unos niveles de confort determinados con un aval de calidad que, al mismo tiempo, proporciona un valor agregado al producto final.
En los últimos meses, y con el objeto de ayudar a las empresas y a las personas a operar, trabajar y desenvolverse en un mundo que tendrá que aprender a convivir con el COVID-19, al menos por un tiempo, el U.S. Green Building Council (organización que promueve la sostenibilidad de los edificios en los EE.UU., y es responsable del desarrollo de LEED) anunció una nueva estrategia denominada Healthy People in Healthy Places Equals a Healthy Economy. La idea detrás de esta iniciativa consiste en aprovechar el sistema de certificación LEED para mejorar el impacto de los edificios en la post pandemia priorizando la salud de las personas, las comunidades y el planeta.
Para ello se están llevando a cabo una serie de acciones que incluyen el lanzamiento de nuevos créditos adecuados a la emergencia actual, junto con actualizaciones del programa de construcción sostenible LEED. De esta forma se busca garantizar que el estándar refleje la nueva realidad que, tanto los edificios como las personas que los habitan, enfrentarán en el futuro cercano.
Los nuevos créditos LEED
Como una forma de abordar las preocupaciones de seguridad sanitaria de los edificios planteadas por la actual crisis de salud, el U.S. Green Building Council está actualizando las estrategias LEED para abordar aquellos factores que pueden afectar la propagación del coronavirus: la calidad del aire interior y del agua, la limpieza y la gestión de riesgos.
Estos nuevos créditos, denominados Safety First, se crearon en respuesta directa a la pandemia de COVID-19 y están enfocados en brindar soluciones sostenibles orientadas a reconstruir la actividad económica con el foco puesto en la salud de las personas y en la creación de espacios más saludables.
Los créditos que se enumeran a continuación describen algunas de las mejores prácticas para la sostenibilidad en las áreas de desinfección, reingreso al lugar de trabajo, calidad del aire interior y calidad del agua. Pueden ser utilizados por proyectos LEED ya certificados o en proceso de certificación:
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Limpiar y desinfectar el espacio
Este crédito requiere que se sigan las mejores prácticas de limpieza sustentable establecidas en LEED, de tal forma que se garantice un ambiente interior saludable y la seguridad de los trabajadores. Además de las consideraciones de los productos a utilizar, el crédito también demanda implementar procedimientos y capacitación adicional para el personal de limpieza junto con el cumplimiento de las normas sanitarias por parte de los ocupantes.
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Reingreso al espacio de trabajo
El crédito constituye una herramienta tanto para evaluar y planificar el reingreso como para medir el progreso del mismo una vez que se ocupa el espacio. Requiere que los edificios tengan un plan de reingreso que incluya cuestiones tales como el control de los accesos, el distanciamiento social, la reducción de los puntos de contacto y una comunicación efectiva.
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Puesta en marcha del sistema de agua
Los edificios que han disminuido su grado de ocupación o han estado cerrados durante semanas o meses debido al confinamiento, pueden presentar problemas con la calidad del suministro de agua, la cual puede no ser segura para beber o para usar. Este crédito requiere que se desarrollen e implementen estrategias de gestión del agua en coordinación con las autoridades locales responsables del suministro, y que se comuniquen a los ocupantes del edificio las medidas tomadas para asegurar la calidad de este servicio esencial.
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Calidad del aire interior durante COVID-19
Este nuevo crédito se basa en los requisitos LEED existentes para Calidad del Aire Interior y requiere que se contemplen ajustes temporales en la ventilación de los edificios, lo cual podrían minimizar la propagación de COVID-19 a través del aire. Las consideraciones adicionales incluyen, además, el aumento de la filtración de aire, el distanciamiento físico de los ocupantes y el seguimiento de las medidas reglamentarias locales. El crédito también promueve el monitoreo y la evaluación de la calidad del aire interior de forma continua.
Buscar el impacto positivo
La salud y el bienestar son fundamentales para la sostenibilidad. Hay estudios sólidos que sugieren que las características de los edificios verdes favorecen la salud y la productividad de sus ocupantes, y que algunas estrategias sustentables compatibles con una baja huella de carbono o energéticamente eficientes tales como el uso de la luz o la ventilación naturales, son capaces de crear un círculo virtuoso que funciona tanto para las personas como para el planeta[1].
En definitiva, los edificios sustentables no solo pueden generar un importante impacto en la reducción de la contaminación y los residuos, una disminución en el consumo de recursos naturales y una menor presión sobre las infraestructuras locales; también son más saludables, confortables, duraderos y eficientes. Dado que estos beneficios no son fácilmente cuantificables, con frecuencia son ignorados en el análisis a la hora de considerar la conveniencia de construir y certificar para la sustentabilidad.
En estos tiempos de pandemia que nos toca atravesar es fundamental buscar el impacto positivo. Adhiriendo a los principios de sustentabilidad en el diseño, la construcción y la operación de los edificios también aumentamos la confianza y la seguridad de las personas en los espacios en los que habitan y trabajan. Así se estimula la economía y, en última instancia, mejora la calidad de vida de todos.
[1] WORLD GREEN BUILDING COUNCIL (2015): “Health, Wellbeing & Productivity in Offices”.