Futuro flexible
En el contexto actual, muchas empresas han comenzado a preocuparse por el escenario post pandemia y a evaluar cómo será la vuelta al trabajo en términos de ocupación del espacio, protocolos de sanidad y forma de trabajar.
Un mundo de sensaciones
El diseño es una cuestión subjetiva que se experimenta a nivel emocional. Las formas, las texturas, los colores, la luz, los sonidos, todos los elementos del diseño desempeñan un papel decisivo en el comportamiento y la cognición y se ponen al servicio de la experiencia laboral. Por esta razón, cada vez más compañías están apelando al uso de experiencias y estímulos sensoriales para construir lazos emocionales más fuertes con sus colaboradores. Pero para saber de qué manera estos factores influyen tanto en el comportamiento como en el estado de ánimo de las personas, primero deberemos bucear en las motivaciones que los activan.
Diseñando la experiencia
El espacio de trabajo es un factor clave para mejorar la experiencia de los colaboradores; un diseño óptimo debe considerar la calidad de las percepciones del usuario al tiempo que proporciona soluciones para la organización. El tipo de experiencia que se ofrece también puede ayudar a subrayar el propósito y los valores corporativos creando así un sentido de pertenencia y un mayor compromiso. En un mundo saturado de bienes y servicios en gran medida indiferenciados, la mayor oportunidad para la creación de valor reside en la creación de experiencias.
La integración digital
La experiencia digital a la que nos hemos acostumbrado en nuestra vida personal ha creado expectativas de mejores experiencias tecnológicas también en el trabajo, tendencia que se ha visto catalizada por los hábitos de consumo y la llegada de las nuevas generaciones al mercado laboral. Hoy, la convergencia de los mundos físico y virtual impulsa la integración entre el trabajo, la vida social y el ocio para crear una experiencia única. Así, el espacio de trabajo se transforma en un ecosistema compuesto por personas, lugares y tecnologías en perfecto equilibrio y en permanente evolución.
La oficina en la economía de la experiencia
A medida que el mundo cambia y nos instalamos en la Economía de la Experiencia, el diseño del espacio de trabajo demanda nuevas estrategias. Hoy, las ventajas tradicionales tales como los salarios altos u otro tipo de retribución material ya no son suficientes para convencer a las personas de unirse a una nueva empresa o quedarse en la que están. Aquellas compañías que apuesten por crear experiencias memorables y significativas alineadas con la cultura y los valores organizacionales en su entorno de trabajo, serán capaces de diferenciar su oferta y atraer a una fuerza laboral cada vez más talentosa y comprometida
La evolución del espacio de trabajo
Las grandes transformaciones de las últimas décadas han dado lugar a grandes cambios en la forma de trabajar y de concebir el espacio corporativo. Sin embargo, esto no es una novedad. La evolución de las formas de trabajar –y, por ende, del espacio de trabajo– siempre ha estado estrechamente ligada a la tecnología y a las formas de producción. El camino recorrido desde los comienzos de la oficina hasta la actualidad nos puede ayudar a encontrar las claves que nos permitirán vislumbrar cuáles serán los modelos que prevalecerán en la oficina del futuro
Un mundo en permanente cambio
El cambio es una constante en el universo y es el nervio impulsor de la evolución. Las fuerzas geológicas, el clima y los fenómenos naturales son algunos de los factores que han condicionado nuestro desarrollo en el pasado y seguirán haciéndolo. Pero desde hace un tiempo, los seres humanos nos hemos convertido en agentes y catalizadores de nuestra propia transformación produciendo formidables cambios en diversos ámbitos que incluyen el mundo laboral junto con los espacios de trabajo. Analizaremos la dinámica de los procesos que nos trajeron hasta aquí para ayudarnos a comprenderlos mejor y poder actuar en consecuencia
La oficina del futuro
Históricamente, la evolución de las dimensiones tecnológica, productiva, económica y social han tenido una enorme influencia sobre el concepto de trabajo, sobre las características del mercado laboral y, en última instancia, sobre los modelos con los cuales las empresas organizan su negocio y sus espacios de trabajo. La fluidez de la economía y las relaciones laborales que hoy estamos viviendo pueden servir de punto de partida para tratar de entender y anticipar las tendencias que definirán la oficina en los próximos años